Me leen:

112.

No lo entiendes,
que yo siempre estoy como esperando verte al doblar la esquina,
como oliéndote en cada botella de Ron. 

No me entiendes, 
que yo estoy hecha de cicatrices de herida abierta, 
que soy más cristal que espejo aunque siempre lleve tras de mí siete años, por lo menos, de mala suerte. 

No lo intentes, 
que yo he crecido hecha de humo y tan volátil que no he dejado de huir ni cuando no tenía dónde,
que tengo los pies en la cabeza
y las ideas por los suelos.

No es tan fácil, 
ni tan difícil. 
Ni siquiera es. 
Nada.
Nada de nada. 
Vacío completo.

Que cuando tienes el corazón helado lates a medias, 
amas a medias, 
odias a medias, 
te pierdes por arrancarle a alguien las medias. 




Y al final siempre termino igual, 
oliéndote en cada botella de Ron, 
sangrándote en los restos de cada espejo roto, con sus siete, catorce, veintiún años de mala suerte,
viendo cómo no siento nada entre el humo,
rompiéndote las medias. 

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Lérida., Spain
Quizás solo se trate de prosperar, de seguir por un camino que no sea el que marquen tus labios, unas caricias que no sean las tuyas.