Me leen:

112.

No lo entiendes,
que yo siempre estoy como esperando verte al doblar la esquina,
como oliéndote en cada botella de Ron. 

No me entiendes, 
que yo estoy hecha de cicatrices de herida abierta, 
que soy más cristal que espejo aunque siempre lleve tras de mí siete años, por lo menos, de mala suerte. 

No lo intentes, 
que yo he crecido hecha de humo y tan volátil que no he dejado de huir ni cuando no tenía dónde,
que tengo los pies en la cabeza
y las ideas por los suelos.

No es tan fácil, 
ni tan difícil. 
Ni siquiera es. 
Nada.
Nada de nada. 
Vacío completo.

Que cuando tienes el corazón helado lates a medias, 
amas a medias, 
odias a medias, 
te pierdes por arrancarle a alguien las medias. 




Y al final siempre termino igual, 
oliéndote en cada botella de Ron, 
sangrándote en los restos de cada espejo roto, con sus siete, catorce, veintiún años de mala suerte,
viendo cómo no siento nada entre el humo,
rompiéndote las medias. 

111.

De relojes sin horas,
de besos sin bocas,
minutos que esperan
y gotas que corren,
Café frío, una vez más,
despertarme y el colchón
vacío
huele a ti,
a tu ausencia.

Estoy en ese momento en el que no encuentro motivos para nada.
Ni para mí.
Estoy en el estado de no ver pasar el tiempo
aunque corra
aunque vuele
y se esfume como si nada. 

Sin más.

110.

Y qué rabia.
Ojalá los sueños se cumplieran, a veces. Ojalá aparecieras y de repente bien cerquita tuviera tus labios entreabiertos y un suspiro de tu voz a quemarropa, o quizás tus dedos de hiel arrancándome la piel a tiras.
Tarde o temprano, siempre tras mucho aguantarme la mirada, pestañeas y sales volando, y yo te veo cada vez más lejos y hago como que no me importa. Y extiendes tus alas y el cielo se queda corto cuando exiges la libertad que tanto ansías.

Por eso sé que siempre me voy a quedar pequeña para ti, poca cosa en manos de quien necesita ser alguien. tras tantas noches en las que apareces fugaz entre mis sábanas antes de que abra los ojos sé que no vas a volver a buscarme.
Que si no fuera el lugar, ni el momento; si no fueras tú y no fuera yo no entiendo por qué mire donde mire encuentro tus ojos, que están sin estar, por qué hable con quien hable te escucho, lejana, cantando letras que jamás fueron para mí.
Más... ojalá a veces los sueños se cumplieran.
Y qué rabia.

109

Que yo quise acabar contigo sin ti y me persigues. Luego me giro y no estás.
Me llamas, te gritas a ti misma, nos miras pasar, nos echamos de menos pero, ¿y qué?
Ella, que es como todos los lunares de mi espalda, ni la veo ni la siento pero está y me hace de marca de agua. Actúa, es mi Luna, aparece y desaparece, se desvanece, no me cree cuando digo que la siento, y lo siento, pero más no sé sentir.
Ella, qué bonita está dormida, qué bonita está callada, qué bonita está cuando se muerde el labio superior y me piensa, qué bonita está y qué poco me gusta cuando habla, cuando grita, cuando me piensa.
Ella, que ha cambiado sus ideales, que ha perdido los modales, que antes besaba y ahora muerde, que deja mis latidos empapados de sangre y lágrimas, de corazón hecho pedazos. Qué poco me entiende.
Qué poco sabe de dejar de querer.
Ella, que cree que el amor se escoje y se esculpe, que escupe y pisa, que fuma y se enfada con el aire que la roza porque no es mi garganta todas las mañanas la que le roba espacio en la cama y claro, yo cómo voy a explicarle que más quisiera pero no quiero.


Yo, que soy más de que el amor se encoje y no se escoje.
Ella que no, que no logra entenderlo.

108

Eras como un silencio fingido, un reloj de arena volteándose, ahora 'a ver cuándo te veo', ahora 'ojalá pudieras quedarte'.. y yo ya te avisé, yo siempre me marcho.
Mi nombre solía danzar en la punta más alta de tus suspiros, por desgracia siempre logró escaparse, por suerte huir se me sigue dando bien, así que corro lejos de tu voz.
Debo agradecer y compensar la forma en que volviste mi mundo un tanto más agradable. Creí ciegamente que si me sentaba a esperar en la yema de tus caricias el gris se volvería menos opaco, pero la negación es translúcida, ¿me explico?
Incluso yo, que estoy hecha en mi integridad por palabras, enmudecía si tú me lo ordenabas.
Tus muecas indescriptibles me retaban, un día y otro, y otro, y otro.. siempre me obligaban a seguir. ¿Y ahora? Míralo como algo bueno si digo que por más que te perseguí nunca llegué a alcanzarte, corrimos una eterna maratón en el camino, aprendimos a amanecer cuerpo con cuerpo pero pocas veces despertamos corazón con corazón.

¿Te acordarás siempre de que existo y de que he estado a tu lado? Yo lo recordaré siempre.


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Lérida., Spain
Quizás solo se trate de prosperar, de seguir por un camino que no sea el que marquen tus labios, unas caricias que no sean las tuyas.