Me leen:

86-


Antónimos.

Estas sílabas que desentonan, estas líneas para no ser escuchadas, estos lunes que pecan de viernes. Este café que no madruga, esta pantalla que grita, estos dedos que mueren de pena. Estos, esos, aquellos. Como un no sé de árbitro, como un duda que se resbala en tus labios, como una palabra invisible. Como, cuándo, dónde. Eres todo y eres muy poco. A veces te olvido.
A veces no puedo.  

85


Deja que tu amor sea tu estado de ser. No es que te enamores, sino sencillamente que eres amoroso. Es simplemente tu naturaleza.
Siempre van a venir flores, pero no te aferres a una flor. De lo contrario, pronto estarás aferrándote a una flor muerta. Y esa es la realidad: la gente se aferra a un amor muerto que una vez estaba vivo. Ahora es solo un recuerdo, un dolor.

84


Una noche tranquila, silenciosa, con un segundero que me aprisiona y al fin sí, sí. Decido una vez más por última noche cederle el puesto a tu recuerdo, y dejo que te adentres como si me estuvieras haciendo un favor con ello. A veces deliro pensando que endulzarme con tus recuerdos me va a hacer algún bien.
 No es nada que necesite repuesta, ni un despertar, ni ver el sol salir. Es algo que ya está más que claro, tú tan solo eres compañera en esencia cuando la noche es fría y larga, y por desgracia yo vivo en un invierno eterno casi constante que no hace más que recordarme que ya he caído una vez más mientras te pienso y me autocompadezco. Las palabras ya no sirven pero el tecleo me marca un ritmo, un vaivén, me deja resurgir en momentos clave cuando la noche tranquila, silenciosa y su tiempo pesante me aprisionan, cuando la sintaxis se me clava en el pecho y empiezo a odiar cada sílaba.

83.


Tienes todo, la boca del diablo, los labios de ángel, esas manos como látigos que abofetean cuando acompañan a tus palabras, afiladas como puñales. Las jaulas no son más que tonos ocres comparados con tus ojos, paraíso momentáneo en cualquier situación. Un gris completo cuando en tu rostro se desdibuja esa sonrisa y oscurece cuando dices que no, que ya no me quieres, que solo eran palabras y que tienes tiempo y ganas de olvidarme. Mientes, siempre mientes. Tus gestos te delatan, tan fríos y claros que anulan la calidez que no dejas mostrar, eres dura conmigo, contigo, eres dura con el mundo, te decepciona que no sean como tú, a veces crees que sería mejor que fueras tú como ellos. A un lado, a otro, parpadeas, pierdes la noción del tiempo imaginando en cada persona una historia, en cada latido un pensamiento. Buscas en las caras de quienes te cruzas algo que te salve, que al menos te enoje y consiga que te pese menos la angustia en tu pecho. Pero al fin y al cabo solo eres un manojo de cables apenas coloreados, un corazón apalabrado con el cielo y vendido más tarde al infierno que se encuentra así entre dos mundos, perdido en los primeros labios que te pronuncien un 'te quiero'. 

82.


Haz de cualquier lugar un laberinto. Juguetea con mis sentidos en cualquier momento. Piérdete, piérdeme contigo. Andemonos con rodeos en cada una de tus curvas sin miedos. Quédate con cada gemido, con el sonido de mi respiración. Esta noche soy tuya, aprobéchame. Besa cada rincón, no te dejes ninguno.

81


La conozco, bastante, lo suficiente, sé lo que no quiere aunque de sus aspiraciones ya no sé nada. Sé lo de sus sonrisas y miradas, sé como mueve la cabeza para arreglarse el pelo y sé como suenan sus carcajadas, como cuando rompes el azúcar que se ha tostado encima de un pastel y sientes que te recorre las venas el temblor de haber deshecho la perfección, sé los escritos que me ha escrito de memoria, sé los que no me va a escribir y las palabras que me dedica en silencio sin darse cuenta. Sé que evita mis miradas y sigue mis pistas haciéndose la dura a veces, aunque sé que no le ha afectado tanto como a mi todo esto, sé que nunca se ha enamorado de mí pero que al paso que andábamos incluso se lo creyó.. Sé que la molesta el viento cuando la despeina pero en verdad ama esa sensación y que se moja los labios antes de hablar cuando está nerviosa y luego mira para ambos lados y se dispone a dejarse llevar.
Sé que a veces me echa de menos y también sé que está convencida de que dejar de hablarnos a veces es  lo mejor, sé que ha pensado en eso y que, al contrario que yo, cree que se nos ha pasado el tiempo, que no vale la pena nada, que podemos ser amigas algún día. Pero sé que no, que amo y amo de corazón y por eso sé que jamás seremos amigas, que me odia, que me quiere.
Te esfumas, como un recuerdo mezclado con whisky, sabe amargo pero endulza el corazón, difumina el futuro aunque no deje de verlo negro, lo veo más bien con el color de tus ojos. Ni zorra tienes de como me importas o has importado, no sabes porqué, nadie lo sabe pero así es. Los cambios son sorprendentes, llegaste a mi vida porqué sí, te metiste en ella porqué sí, me prometiste besos salados igual que dulces porqué te apeteció y te marchaste luego porqué no, porqué ni yo fui para ti, ni tú para mí. O eso creíste, o eso te quise hacer creer. Pregúntate si éstas letras van por ti, sí, van por ti.
Te diré mil veces que ya no te necesito y luego cuando te vayas moriré por volver a tenerte. Así hasta que termine todo, cuando creas que tus letras no me importan, que tus gestos me la soplan, cuando los momentos y palabras sean recuerdos y no se me tiña el corazón del color de tus ojos con solo pensarte. ¿Porqué será que se nos escapa el tiempo? ¿Porqué lo pierdo pensando que quizás un día hayas vuelto tantas veces que mi capricho sea que te quedes? 
Soy una cría, tú eres viento.

80.


Yo y mi costumbre por tratar una y otra vez mantenerte a mi lado, desde que empecé a soñar por ti ya no hay más solución que esconderme, te convertí en los meses que pasaban por querer vivirlos contigo. El mundo loco, loco y cabrón me quita cada segundo que me quedaba por vivir y me mata en la sentencia de tu silencio, me mortifica mientras intento aprender que ya no toca esperar los fines de semana para verte, que ya ni que pudieras en un jueves loco me verías de pasada.
A veces pienso que es un don olvidar. Otras me doy cuenta de que no tengo dones.

Ibas.


¿Qué extraño? Todo. En un principio, tus palabras. ¿Cuáles? Todas. En su amplio espectro y aplicación: Las afectivas, las creativas, las compulsivas, las lascivas, las afirmativas, las educativas y las comprensivas. Hasta extraño las posesivas, las explosivas y las corrosivas.   
¿Qué lamento? Las otras “Ibas”. Que te inhibas, que te prohíbas, que te ibas, que te ibas, que te ibas. Que te vas…
Que te fuiste.

~Warupe-

79


Me parece injusto que tu andes sonriendo a derecho e izquierdo mientras yo estoy que me niego a salir de casa por mi cara, por mis pocas ganas. Confieso que si estoy como estoy es por que quiero, por que no me da la gana de olvidar, de asumir, pero tal y como están las cosas te cargo con la culpa de todas mis penas, de todos mis males y dolores; a ti, a ti y a tu maldita forma de sonreír, a tus andares ligeros como si quisieras volar, a tus labios odiosamente rosados y tu piel pulidamente morena a estas alturas.
A veces pienso que en el mundo real nunca has existido, que yo solo he soñado y intentado que tú te fijaras en mi, que eres como una estrella lejana, que tus ojos son los que me han llevado a la locura, pero a la locura lejos de ti, sintiendo la sed de tu voz en cada poro y que me tomas por obsesa por creer que eres única y que me tomas sin remedio únicamente como en realidad solo sabes tú. Luego miro a mi alrededor y te veo en cada rincón, en cada estancia y recuerdo, y sé que has sido real, jodidamente real y por eso dueles tanto. 



La luna capturó lo nuestro, por eso no duermo, por si necesito beberte de otros labios o mirar las estrellas creyendo verte una vez más.

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Lérida., Spain
Quizás solo se trate de prosperar, de seguir por un camino que no sea el que marquen tus labios, unas caricias que no sean las tuyas.