De relojes sin horas,
de besos sin bocas,
minutos que esperan
y gotas que corren,
Café frío, una vez más,
despertarme y el colchón
vacío
huele a ti,
a tu ausencia.
Estoy en ese momento en el que no encuentro motivos para nada.
Ni para mí.
Estoy en el estado de no ver pasar el tiempo
aunque corra
aunque vuele
y se esfume como si nada.
Sin más.
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