Me leen:

106.

Podrías asomarte a mi balcón y cantarme que la madrugada no acaba sin tus labios sobre mi piel. Pero mentirías y yo querría morir, así que no sale a cuenta creerse un cuento que no se contó. Has estado moviendo los hilos sin más, moviéndote  bailándole al viento de mis versos con tu vestido favorito, la incertidumbre. ¿Y ahora qué? Las respuestas emanan preguntas claras y el tiempo pasa, pesa, cansa, y yo soy torpe como un suicida sin vocación. Como la puta que huye de Tailandia sin saber hacer nada más que follar, así soy yo cuando sé que no estás, y que ya no vas a estar. Has apaciguado a un ejército de ilusiones sin rumbo, las has vuelto locas de atar, atadas al reloj que no corre sin tus pies tirando de las manecillas, eres adicción sin más, un chute efímero, un rato está bien, yo esperé toda una vida contigo para ti. ¿Y ahora qué?

1 comentario:

  1. Supongo que aunque cueste, toca seguir, aunque esas sensaciones que describes en mayor o menor medida todos las hemos sentido alguna vez y sus heridas tarden en curar.

    Salud

    ResponderEliminar

Datos personales

Mi foto
Lérida., Spain
Quizás solo se trate de prosperar, de seguir por un camino que no sea el que marquen tus labios, unas caricias que no sean las tuyas.