Me leen:

Quizás alguna vez ya no me duela tanto.

Vueltas, vueltas, vueltas.. y vuelta a empezar. Te ves sola entre un millón de personas, te sientes vacía y no cabe nada más en tu interior. Nuestra inteligencia nos hace duros, más blandos somos ante sentimientos aflorando. Es como necesidad de estar siempre rodeada, temblar al ver que tras una puerta solo tu sombra te cobija, que al fin y al cabo no eres nadie ni nadie serás. No hay nada escrito, si lo hay.. no, que coño, yo no sigo un destino escrito, yo no sigo, yo me siento a observar, en el suelo por si me caigo no caer desde arriba, aquí abajo no corre el aire. Conocer lo que me rodea se ha vuelto poco interesante, conozco más lo que no quiero que lo que debería querer. Demasiadas sendas han corrido tras mis pies.. demasiadas las veces que asustada me fui. Todo el tiempo parece en vano cuando te das cuenta de que hay quien te posee con solo mirarte mientras quien tendría que poseerte deja ver como pasan los días sin venir a verte ni tan siquiera por las noches. Almacenas sentimientos, emociones que llevas al límite sin querer darte cuenta, dispuesta a usarlas como combustible si necesitas emprender una huida fácil, pero eso no va a ser posible, pues si demasiados cabos sueltos dejas te atan a las barras de algo llamado pasado, que con pasado no me refiero a años, meses, ni siquiera semanas atrás, pasado es lo que ha sucedido antes de que yo escribiera esto y de que tú lo leyeras, pasado son los segundos en los que algo ha sucedido, podrías repetirlo, pero nada sería igual que a primeras. Quizás eres así porque debas seguir tu forma de ser, o quizás solo sea porque esa canción que te relaja no suena nunca entera en tu cabeza y por eso eres una cabra loca. Te deshaces en palabras, renaces en canciones, mueres en besos apagados, miras con los ojos cerrados.. y piensas que puede que seas una negada en estos temas y te las des de muy entendida por amor al arte.. pero eso da igual, son formas de ver las cosas, total, hagas lo que hagas, siempre acaba igual.

Y cuando esperas que las respuestas caigan del cielo y este se hunde te pierdes.. te pierdes en cada rincón porque en realidad lo que temes es encontrarte. Date cuenta, cuando llueve lo que cae del cielo es agua, y cuando el sol calienta lo que sube es aire. Por poder podemos esperar a que alguien más que nosotros recuerde lo que nosotros creemos importante, también cabe la posibilidad de esperar a que llueva hasta secarse las nubes y tras ellas ver lo que puede llegar a haber debajo.. pero eso son cosas que no vamos a hacer, porque tras una tormenta no siempre viene la calma, puede que venga otra; entonces, cuando no todo va como deseas, es cuando temes saber el porqué.


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Quizás solo se trate de prosperar, de seguir por un camino que no sea el que marquen tus labios, unas caricias que no sean las tuyas.