nueve.

Estoy harta de sentirme una puta desdichada, de ver como el mundo se me cae encima cuando dejas de hablarme un poquito, de sentir como si te fuera clavando puñales cuando ni siquiera me muevo. ¿Sabes? Puede que jamás hubiera querido de esta  forma, pero a mi dulce princesa se la sudo y los caballos tienen demasiada calor como para moverse cuando les das con un palo. Tengo sed, puede que tenga hambre, tengo ganas de ti y ninguna excusa me vale.. ¿Tu respuesta? No usas de eso. Sé que esto acabará, porque no espero historias sin fin, se hacen pesadas y aburridas, y yo a tu lado solo quiero buenos momentos, y si son malos nos escondemos bajo un paraguas de colores para mojarnos un poco menos, pero no olvides pequeños agujeros para poder ver las estrellas cuando les de por llover.. Todos esos planes.. me niego a evitarte, ni que sean 5 minutos, paso. Paso de cerrar los ojos para no ver a realidad, pues solo veo una imagen, hasta en sueños, eres tú, la única que me ha llegado hasta aquí sin cansarse, creo que si no te he hecho el camino más fácil ha sido porque antes de que me diera cuenta ya me habías tendido la emboscada, ya habías atado mi corazón a las mil cadenas que llevan las letras de tu nombre.. y ahora te echo de menos. Rarísimo, ¿verdad?